Responsable de
RRHH en Steelmood
Para hablar de un tema tan manido sobre la redacción
de un currículum quiero utilizar (como buena cinéfila que soy), una escena de
la película “American Psycho”: una serie de ejecutivos intercambian tarjetas de
visita y el protagonista analiza la calidad del papel, la tipología de la letra
e incluso su relieve, de la manera más meticulosa que hayamos visto nunca.
Es un símil que yo utilizo en aquellas ocasiones en las
que un currículum me “chirría”: está mal redactado, es incompleto, tiene faltas
de ortografía, está desordenado o lo resalta todo consiguiendo no resaltar
nada.
Se ha escrito mucho al respecto y sin embargo se
sigue haciendo igual de mal que hace años, ¿pero por qué?
Cuando alguien está desempleado y busca trabajo o cuando quiere cambiar de empleo, la búsqueda debería
convertirse en su trabajo en sí mismo dedicándole la misma atención, detalle y esfuerzo que
cuando desempeña una labor profesional.
He aquí algunos errores típicos, y otros más propios
de las generaciones 2.0:
No me grites que ya te veo
Siempre se ha dicho que el que escribe todo con
mayúsculas, no sabe escribir. Alguien que escribe así quizá pretenda que algo de su currículo destaque.
Pero ¿no se da cuenta de que leer tanta mayúscula es casi como si te estuviesen
chillando? A fuerza de intentar destacar, no destaca nada, excepto quizás una
mala forma de comunicarse.
Respira…
¿Coges aire al hablar? ¿Y por qué no al escribir?
Hay frases tan largas que aunque no las leas en voz alta te ahogas igualmente.
Tan malo es abusar de las comas o las frases cortas, como hacer una frase de cinco
líneas sin descanso.
Vuelta al cole
Hoy en día cualquier procesador de textos y muchas
webs tienen un corrector ortográfico. Aún así nunca hay que fiarse de esto
último y si alguien de confianza puede leer el resultado para darnos una
segunda opinión, mejor.
Vísteme despacio que tengo prisa
Si tenemos la suerte de escribir con el método ciego
y ser rápidos podemos confiarnos demasiado y comernos alguna letra, o incluso
invertir dos. Pero usar el método ciego
y estarlo no es lo mismo: si ves, mira, y hazlo dos veces. Porque un
técnico puede preguntarse ante un error así “¿tendría prisa o falta de
interés?”. Tan malo es perder la oportunidad de una entrevista como que te
pongan la cara roja preguntándotelo en una.
Hablar en modo whatsapp
Bendito invento el Whatsapp…o maldito. Acostumbrados
a la mensajería instantánea, tendemos a
“comernos” cada vez más las letras. Primero fueron las vocales, pero ahora ya
empiezan a escasear las consonantes, ¡quejémonos de los recortes de los
gobiernos!
En los currículos es menos frecuente, pero en los
e-mails de contacto, incluso a través de las redes tan profesionales como puede
ser Linkedin, ocurre.
Menos es más…sin pasarse
Hay currículos de cinco folios que no dicen nada y
otros tan sencillos, que tampoco. Hay que recordar que es beneficioso tener
distintos modelos que, dando la misma información, destaquen o expliquen más
unas tareas que otras.
Sonríe, por favor
Independientemente de que elijas poner o no una
fotografía en su currículum, hay que hacerlo bien.
- Los hay que eligen selfies tipo: “me voy al baño un momento en el trabajo y me hago la foto rápido que llevo el traje puesto” o “se me ve el brazo pero me lo recorto con el Photoshop o el Paint”.
- Otros eligen fotografías con caras que dan miedo…serios, tensos, casi como si les estuviesen haciendo una ficha policial.
Por favor, si no te sale una sonrisa, al menos relájate,
y que la fotografía te la haga otro. Una cara relajada o amable o un esbozo de
sonrisa a veces es la mejor carta de
presentación, porque nombres hay muchos,
pero tu cara es única.
Si no eres médico, no hables de anatomía
Si no vas a
presumir de tu amplio conocimiento del castellano ni lo intente con otros
idiomas.
Creo que estos breves párrafos dan respuesta a la pregunta que da título
a este artículo:
Si, de verdad es importante un buen CV en la búsqueda de empleo y más que
importante es fundamental.
Y yo
preguntaría ¿Y tú como lo haces?
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