miércoles, 19 de marzo de 2014


Alfonso Royo
Vicepresidente de Comunicación, Marketing y Relaciones Institucionales


¿Puede una Compañía triunfar en Clave de Valores?

Hace cuatro años publiqué este artículo en una escuela de negocios con la que colaboraba. Dicha escuela de negocios desapareció dejando un rastro de desencanto, múltiples deudas a profesores, engaños continuos de sus directivos. La desaparición de esa escuela fue fruto  entre otras cosas de una nefasta  gestión y claramente de la inexistencia de valores en sus dirigentes.
 Creo interesante reproducirlo ya que sigue estando vigente el contenido y mensaje del artículo.

En las últimas décadas nos hemos visto sorprendidos en diferentes ocasiones con noticias que hablaban de escándalos, malas prácticas e incluso actitudes delictivas que ponían sobre el papel nombres de directivos de grandes compañías cuyos comportamientos, engaños y en general actitudes no éticas habían puesto a sus compañías en situaciones tan graves que en algunos casos llevaron a la cárcel a dichos ejecutivos y en otros llevaron incluso a la desaparición de sus compañías.

Todo lo anterior llevó a la aparición de nuevas norma, regulaciones y mejores prácticas (SOX, RSC etc.) que impidieran la repetición de tales situaciones.

A mi me gustaría en estas líneas reflexionar  más que sobre esos hechos que ya son historia, triste historia en todos los casos, o en esas nuevas  prácticas y regulaciones, en algo mucho más básico pero que a la larga puede resultar más efectivo para evitar la repetición de casos como los indicados.

La pregunta que abre el artículo como subtítulo del mismo es ¿puede una compañía triunfar en clave de valores? o dicho de otro modo, una compañía que desde la base y para todos los empleados, desde el recién incorporado hasta el CEO de la misma, defiende una serie de valores únicos e irrepetibles (su ADN)  ¿es capaz de triunfar y de ser líder en el mercado en el que se mueve aplicando con rigor dichos valores?

Y de la misma manera podemos hacernos una segunda pregunta ¿puede una compañía que no cumple los valores que predica seguir triunfando?
¿Finalmente llegará a pagar, en su evolución y resultados, las consecuencias de su incoherencia entre los valores que predica y los que aplica?
De la misma manera que cada individuo tiene un ADN único, cada compañía muestra un ADN que define las competencias y comportamientos que hacen a los empleados  diferentes de otros y cómo se espera que en base a dicho ADN, los empleados se conduzcan entre ellos y en sus relaciones con clientes, accionistas, mercado, prensa etc. Dichas competencias y comportamientos definen por tanto una cultura corporativa.

Repasemos ahora los componentes del ADN más comunes en las empresas y que son públicas y presentes en sus webs:
  • Foco en el cliente.
  • Excelencia en todo lo que se hace.
  • Hacer de la Innovación un estilo de vida.
  • Poner foco en las iniciativas individuales en un entorno de trabajo de equipo.
  • Actuar con integridad.
  • Divertirse.
  • Poner pasión en todo lo que se hace.
  • Respetar a las personas.
  • Fomentar el liderazgo en todos los niveles de la organización.
  • Considerar el cambio como una constante en la empresa.

La aplicación de esos factores de ADN cuando realmente  se siguen, llevan a  una compañía  a ser líder en clave de valores.
  • Contratando a los mejores y creyendo en ellos en su iniciativa y pro actividad.
  • Consiguiendo resultados y haciéndolo de manera recta (No todo vale y si hay que decir NO, se dice). 
  • Convirtiéndonos  en  defensor de nuestros clientes.   
  • Innovando en todo y a todos los niveles. 
  • Poniendo HUMANIDAD y PASIÓN en todo lo que hacemos.   
  • Fomentando la comunicación y el diálogo abierto entre los miembros de la empresa. 
Es obvio que si una compañía determinada no tuviera una estrategia diferencial y unas soluciones líderes en su mercado por mucho ADN que definiéramos no llegaría muy lejos, pero no deja de ser más cierto aún que una compañía con soluciones líderes,  para ser una compañía auténticamente  líder debe trabajar en base a unos valores únicos  que sean reconocidos por el mercado, clientes, socios y proveedores, que le identifique y distinga del resto de manera inequívoca: su ADN.

Y el ADN  descrito en este artículo es sólo eso, el ADN de una compañía  que  curiosamente (o no tan curiosamente) coincide en mucho con el de nuestra  actual , joven, diferencial  e innovadora  compañía: STEELMOOD .

9 comentarios:

  1. Por desgracia también hay empresas que con malas artes progresan bastante bien. Y es que el maquiavelismo está tan en boga hoy como en el siglo XV...
    Un cliente engañado puede desconfiar de cualquier empresa a partir de ese momento, tal como lo hará un proveedor estafado. Creamos entre todos un mundo de inseguridad del que nos hacemos víctimas nosotros mismos.
    La solución pasa por un cambio de actitud, de valores, de compromiso. pero sobran las palabras. La confianza no se gana con intenciones, sino con acciones (y con tiempo). Ya lo dice el proverbio latino:
    RES NON VERBA.
    Apliquemos los hechos.

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  2. Efectivamente hay que predicar con el ejemplo y hacer que los hechos hablen por nosotros poero siempre es importante esta reflexión a todos los niveles en las organizaciones y que exista un alineamiento real entre el ADN de una compañía y el de los profesionales que se incorporan a ella .

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  3. Efectivamente, debemos creer, interiorizar y practicar los valores, que como empresa y personas, defendemos como los nuestros. Aunque puedan no ser el principal elemento del éxito, no hacerlo nos remitirá, sin duda, a la famosa fábula del escorpión y la rana cruzando el charco.

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  4. A la pregunta: ¿puede una compañía que no cumple los valores que predica seguir triunfando? Coincido con Esteban en que sí, pueden; pero no creo que esas empresas “prediquen” ningún valor; eso es lo que nos hace diferentes en Steelmood. El simple hecho de plantearnos esta pregunta deja patente la dirección que hemos escogido. Además contamos con el más importante de los valores: nuestros recursos humanos, que son suficientemente “humanos” como para transmitir estos valores y poder llevar a cabo eso que nosotros sí predicamos: ser fieles a nuestro ADN.

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  5. Algunas compañías consiguen tener éxito siendo incoherentes en sus valores o incluso careciendo de ellos, pero yo no diría que triunfan, pagan un precio y muy alto por esa inconsistencia; no alcanzar la excelencia y perder a los mejores miembros de su equipo.

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  6. Sin duda para que un valor forme parte del ADN de las empresas debe ser practicado y promovido en todos sus niveles, no sólo por los directivos sino por todos y cada uno de sus empleados. Hoy en día no es común encontrar congruencia entre los valores que se promueven y los que realmente se aplican con convicción en el día a día de la operación, por lo que resulta crítico que las empresas tengan la capacidad de identificar a los empleados (y directivos) que no estén alineados con los valores organizacionales para remplazarlos antes de que el ADN se pierda por completo.

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  7. En clave de reflexión, los "valores" son un conjunto de definiciones de diferentes ámbitos, Individual, familiar, religioso, académico y/o profesional, poco a poco, nos vamos juntando con personas que son afines y separándonos de aquellas que no lo son, comulgo con el concepto de que aplicar los valores en nuestra vida, aun cuando están definidos en la comunidad, es un ejercicio de disciplina personal. No estoy de acuerdo con que en una empresa no hay valores o los haya o sean buenos o malos, es mas que el grupo de personas que conforman la empresa, creen y aplican una serie de directrices personales mas o menos afines entre si y con los que la empresa como comunidad ha definido (el presidente, el comité o cualquier otra autoridad), al final las empresas están constituidas por personas. Pero esta claro que es responsabilidad de la empresa detectar aquellos miembros no afines con sus valores, que tienen otros totalmente opuestos, y eliminarlos de la comunidad, de tal manera ser garantes de los mismos.

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  8. Resulta interesante el tema y la pregunta inmediata que se harán muchos dirigentes es : ¿Cómo lo empiezo a aplicar? ¿Son mis valores como CEO/presidente los válidos? ¿Debo consultar a mi gente?

    No es lo mismo construir una empresa desde cero o “from Scratch” donde tengo capacidad para realizar la selección del personal en base a ese ideario, que partir de una empresa ya definida, sobre todo grandes corporaciones con sus estructuras y dinámicas sociales fuertemente enraizadas, amén de condicionantes socio-políticos, geográficos y culturales. El desafío para transformar el “AS-IS” en la visión o “TO-BE” resulta ingente.

    Las preguntas que se plantean pueden ser del tipo: ¿doy de baja a los disidentes? ¿y si resultan ser los más productivos? ¿qué coste estoy dispuesto a asumir (lo dirigentes o accionistas) por abrazar el ideario y descartar al que no comulgue con él?

    También existen otros retos, incluso con una “buena” selección completa del personal en base al ideario común, como pueden ser: ¿Cómo vigilo que se respeta el ideario? ¿Cómo detecto que todo el mundo sigue comulgando con él? ¿Cómo evoluciono el ideario para adaptarlo a nuevas realidades o acontecimientos? ¿qué pasa cuando soy absorbido por otra empresa? ¿y cuando adquiero otra empresa?

    En resumen y según mi humilde opinión la tarea de liderar una empresa bajo un ideario y tratar de ser coherente con él resulta un verdadero desafío a múltiples niveles y con numerosas restricciones, por lo que ejemplos de éxito de su aplicación y vigencia resultan como poco encomiables y dignos de mención.

    Aterrizando un poco el tema: ¿qué opinión os merecen empresas como Apple, Google, Facebook, Microsoft, Procter & Gamble, …y otras cuyos ejemplos de “ADN diferencial” son referencias mundiales? (curiosamente (o no) las TOP son mayormente de ámbito tecnológico…)

    Saludos!

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  9. EL promover y compartir unos valores sólidos dentro de una compañía hace que cada miembro del eslabon de la cadena sea más fuerte, y que los esfuerzos sean siempre hacia el mismo sentido. El verdadero reto es que esos valores sean reconocibles y no cambiantes. EL tener unos valores diferenciales no creo que te aseguren el triunfo en una compañía, pero pienso que es un muy buen camino para triunfar.

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