martes, 8 de abril de 2014



Mar Forteza
Consultora Senior


Cada día es más evidente que ya no es suficiente aprender a sumar, restar, leer o escribir. Nos preocupamos mucho de adquirir conocimientos teóricos (Universidades, Postgrados, Másters, etc.) que son necesarios, pero tenemos unas enormes carencias a otros niveles. Es imprescindible que el sistema educativo evolucione hacia la individualización y abandone la estandarización de alumnos producidos en cadena.

El gran Sir Ken Robinson (recomiendo encarecidamente ver su vídeo http://www.youtube.com/watch?v=Z78aaeJR8no) lo deja muy claro al explicar cómo nuestro sistema educativo está anclado en la Revolución Industrial.

En 1983, el psicólogo y profesor de Harvard Howard Gardner, ya definió 8 tipos distintos de inteligencia. Sin embargo, no se tiene en cuenta. Se valora y evalúa a todos los alumnos mediante los mismos criterios, lo cual puede ser tremendamente frustrante, castrante e improductivo.

Pero lo que es peor todavía, no se nos enseña a reconocer, conocer, ni gestionar las emociones.

Los seres humanos nacemos con potencialidades intelectivas y afectivas cuyo desarrollo adecuado depende de circunstancias sociales y culturales. En España todavía nos pesa la huella de un franquismo autoritario y paternalista, y un catolicismo rancio que consideraba fuera de lugar hablar sobre emociones, al tiempo que premiaba la introversión y la sumisión.

¿Qué tiene que ver el sistema educativo con la Gestión de Proyectos? Absolutamente todo. ¿Cuántas veces nos hemos encontrado con un Ingeniero brillante pero incapaz de gestionar un equipo? Probablemente de pequeño era un estudiante ejemplar, aunque no desarrolló la capacidad de empatizar, claro que… tampoco le hablaron nunca de ella.
Aprender a gestionar las emociones en la madurez de una persona no es lo más adecuado y desde luego no es fácil. Sin embargo: Good news! Es posible y tiene recompensa. Actualmente hay diferentes y variadas metodologías y entrenamientos para conseguirlo: coaching, mindfulness www.umassmed.edu/cfm/index.aspx, cursos específicos. En realidad, cuando asistes a alguno de esos cursos, lo que descubres es que no te has planteado nunca para qué sirve la rabia o la ira, emociones que surgen directas desde la amígdala y que, en otro tiempo, nos servían para defendernos frente a uno oso. ¿De verdad queremos usarlas en la oficina? ¿Son útiles? ¿Nos ayudan? Sólo cuando tomas conciencia de cómo funcionan tus emociones tienes la posibilidad de gestionarlas y, realmente, es algo muy liberador y extremadamente útil para relacionarte con un equipo de trabajo.


Steelmood colabora en la Dirección y Coordinación del Máster de Dirección de Proyectos de La Salle IGS y si ese máster es diferencial lo es exactamente por lo indicado en este artículo La Dimensión Emocional como núcleo fundamental del mismo  y en la dirección de Proyectos el reto más complejo es el de saber gestionar las emociones de los equipos de trabajo.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. En mi caso tuve la oportunidad de hacer el master de Dirección de Proyectos de La Salle el año pasado. En un primer momento no di demasiada importancia a la parte de contenidos de gestión emocional al final del master. Consideraba que los principales problemas en un proyecto venían más por deficiencias en el conocimiento tecnológico y la mala planificación....
    Sin embargo me sorprendí al descubrir cómo la mayoría de los retos tienen que ver con factores emocionales: problemas de comunicación, gestión del cambio, gestión de expectativas, problemas de liderazgo, de trabajo en equipo, de falta de motivación... Al final es esto lo que muchas veces nos limita en el trabajo.
    Con el master aprendes a saber reconocer los problemas antes de que lleguen, a negociar, a conocer las diferentes formas de liderazgo y cuáles se ajustan más con tu tipo de perfil, a saber comunicar mejor la información y a quién, a tratar los conflictos grupales, ya sean de una persona en concreto o del mismo grupo en sí, e intentar poner nombre al problema (lo más difícil), y a gestionar las etapas del cambio y las claves en cada una de ellas (vuelvo a recomendar el libro de Peter Senge La Danza del cambio).
    En suma, que no daba importancia a la Dimensión Emocional hasta que la conocí. Ahora ya es algo básico en mi forma de trabajar.
    Muy recomendable!

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