jueves, 30 de enero de 2014


Pablo Rodríguez Córcoles
Board Member at Steelmood

Principios básicos en la Internacionalización de la Empresa

Una de las características de la globalización es que permite unas economías de escala a niveles internacionales. Así, aparecen en el mercado competidores globales que pueden poner en peligro a empresas líderes nacionales.
En este entorno, muchas compañías están tomando la decisión de adquirir el tamaño necesario mediante la expansión internacional.

Para definir la estrategia de internacionalización, la empresa debe elegir cuál es el posicionamiento a nivel global que desea. Para ello, debe analizar si su ventaja competitiva local sigue siendo válida o si necesita evolucionarla para poder competir a nivel internacional.

En primer lugar  debe analizar su estrategia desde dos puntos de vista:

·         Desde el punto de vista global. Donde se definen cuales son aquellos aspectos de la empresa que van a ser comunes a todo el grupo: productos que se pueden exportar, donde situar los centros de producción globales, servicios centrales, etc.
·         Desde un punto de vista local. Donde se definen las particularidades de cada país: adaptación local de productos, políticas comerciales, de contratación, etc.

Es el fenómeno que algunos autores denominan Glocalidad de la empresa (mix de aspectos globales y aspectos locales).
En el caso de las empresas tecnológicas, éstas tienen algunas particularidades que favorecen la internacionalización:

·         En el caso de soluciones basadas en software, la fabricación de una solución y su posterior exportación, no conlleva costes de transporte ni de fabricación adicional (el coste marginal de producir una solución o cientos es prácticamente cero). Esto favorece la centralización de sedes de producción.
·         En el caso de soluciones basadas en servicios, la prestación de servicios compartidos es la mejor forma de poder reutilizar procesos y exportar el conocimiento adquirido con la experiencia de otros países.

En ambos casos la expansión internacional contribuirá a crear economías de escala y, por tanto, favorecer la competitividad de la empresa. Cualesquiera que sean las decisiones tomadas, si se desea tener éxito, la empresa deberá alinear sus procesos, sus productos y a las personas con la estrategia definida.


Influencia del posicionamiento de las personas en la Internacionalización de la Empresa

 ¿Qué papel puedo jugar yo dentro de la globalización? Es una cuestión clave que pocas personas se plantean. Sin embargo, hay trabajos que son fácilmente deslocalizables y, a largo plazo, tienden a estar situados en países con ventaja competitiva en costes.

 Es importante saber si el puesto de trabajo de una persona es sostenible a largo plazo; si no lo es, probablemente sea el momento de que dicha persona replantee su posicionamiento.

Tomas Friedman considera cuatro tipos de trabajadores imprescindibles en un entorno global:

  1. Especiales: Son trabajadores que sobresalen de la media.
  2. Especializados: En áreas muy concretas, cuyo conocimiento es fundamental para la empresa.
  3. Anclados: Los que inevitablemente tienen que estar cerca del cliente para realizar su trabajo.
  4. Adaptables: los que se encuentran con una actitud de formación constante para adaptarse a las circunstancias de mercado y empresariales.
Y es ahí donde las empresas encuentran una de sus mayores barreras para la internacionalización. La expansión internacional implica cambios, y estos, por definición, asustan.

Si la cultura de la compañía no promueve la adaptabilidad y el progreso, es probable que las personas tengan resistencia al cambio, impidiendo que la organización tenga éxito en su proceso de internacionalización. Entonces se corre el riesgo de entrar en una espiral muy negativa: si la empresa deja de ser competitiva, tiene que entrar en reducción de costes, lo que suele crear mal ambiente de trabajo y actitudes negativas, lo cual redunda en que el cambio sea aún más complejo.

Por ello, es crítico que se asuman responsabilidades, tanto a nivel empresarial como a nivel personal.
 La empresa debe comunicar los objetivos y beneficios de la internacionalización y crear los mecanismos y el entorno que favorezcan el cambio. Las personas no deben tener miedo y han de mostrar una actitud positiva ante los nuevos retos y roles en la compañía.

Para ello, es importante el posicionamiento que quiere tener la persona, porque, como dice el refrán: “Quién no sabe dónde quiere ir, suele acabar en ningún sitio”.

A fin de cuentas las personas son la clave del éxito en un proceso de expansión internacional.

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